The voice in the oubliette

Long story short...well as short as I can make it: Hay una fiesta setentosa en el horizonte, por lo que el sr. murciano, Laura y yo anduvimos toda la tarde de ayer a la caza de ropa acorde, y ya en la noche que estabamos cansadísimos y pensando solamente en que cenar, Julio, que no fue con nosotros, se apareció con una cerveza en la mano. La cerveza sabía a gloria, citando a Julio estaba "como nalguita de oso polar", heladita heladita, a dos grados de ser carne pues. Un trago a esa cerveza y nos alborotamos para comprar más mientras cenábamos. Pensando en que cenar y siguiendo con el tema de la fiesta setentosa llegamos al tema de películas con tema de la época que fueran una non stop party y de ahi yo alboroté para ir por pelis. Dos pelis, cena, una cubata -como les dice mr. M- y casi un 24 después el equipo español estaba frito, y muy amablemente pasaron a apagar las luces y hacer todo eso que se hace cuando uno se va a ir a la cama, así que el equipo mexicano, que se...

Bajar paso a paso por la escalera interna, espiral interminable, un, dos, tres, cuatro, cinco y mil peldaños. Bajar y bajar hasta el fondo más recóndito, seis, siete, ocho, nueve, diez y mil peldaños más. Contando siempre para no pensar en el final. Descender, acompañada de los ecos de mis pasos, hasta la parte más oculta, dónde titila temblorosa una pequeña llama casi extinta por el viento de la voz de mi razón. Voz que grita con su ulular inquieto, cada vez más alto, atronadoramente, las palabras que han tratado de extinguir a la flama raquítica, que hunde sus raíces como mala hierba en mis simientos, negándose a morir. Bajar y bajar ya sin contar más los pasos en carrera loca hasta el fondo, con la voz viento como guía, hasta llegar al final de la escalera y encontrar la flama isurrecta con su resplandor que, aún en su últimos momentos, se niega a ceder al viento. Acercarse despacito a la flama y en cunclillas frente a ella susurrar el conjuro que ha de extinguirla para siempre...

creo...