Ítaca en medio del desierto (donde está Penélope)

Volver a Hermosillo, como Ulises a Ítaca, a ver a mis amigos que tal vez (me gusta pensar) esperan como una Penélope acólita del rock (sin esa fidelidad estoica de tejedora) a que llegue yo, Ulises extraviada en tierras de gente extraña e inhóspita...

Volveré... No habrá Polifemo que me detenga, volveré... Escapando de Calipso el inconstante adormecido de mi sueños.

Son sirenas que me llaman y yo adormecida me desato del mástil y voy hacia ella... el rock es la sirena que me llama a través del canto de Penélope rockera.

Volveré a a mi Ítaca una y otra vez, siempre atraída por las distintas voces de sirena de Penélope y por la promesa de tener ahí mi lugar... volveré... solo para huir como un Eneas enloquecido de los brazos de una falsa Dido.

No habrá grandes despedidas, ni lágrimas derramadas en honor de mi partida, soy un Ulises sin Troya que me espere, escapando de mi Itaca perversa...

Penélope no llorará mi partida nunca, sabe en el fondo que he de navegar de vuelta... por más lejos que me encuentre su voz, su voz con olor a rock, siempre me alcanza...