Némesis
Hace una semana vimos una película. Manu comío semillas de girasol, Julio sabritas. Se acabó la película y ya era tarde así que no tiramos la bolsa vacía de sabritas ni las cáscaras vacías de las semillas. A la mañana siguiente las hormigas pupulaban palpitantes dentro de la bolsa vacía, sobre las cáscaras de girasol, subían y bajaban hacendosamente por la pata de la mesita de centro. Manu fue el primero en darse cuenta. Lo picaron. Yo cogí las cosas y las saqué corriendo. Me picaron. Julio escuchó el escándalo y no se inmutó. Aparentemente una invasión de hormigas a las nueve de la mañana ocurre demasiado temprano para levantarse un sábado por la mañana. Pero una Galicia frenética porque sus más mortales enemigas habían decidido invadir de la noche a la mañana la mesita del centro, que entró a su cuarto en busca del windex para matar con su frescura de amoniaco a las invasoras fue suficiente para hacerlo salir de la cama. Para ese momento yo ya había declarado la guerr...