Él

Se compró una telota (osea tv grandota) ayer, de esas que son escenciales para la supervivencia masculina.
Lo acompañé por medio Hermosillo comparando precios, etc. y estuve ahi mientras la sacaba de la caja y la acomodaba.
La estrenamos viendo una película.

Entre vueltas y movie se nos pasó la hora de la comida. Terminamos comiendo/cenando y me pegó un bajón anímico re-feo. Él se preocupó.

Él creyó que estaba triste porque se gastó un dineral en su tele en vez de en mi cocina roja.
Le dije que no.
Él ofreció regresar la tele fa-bu-lo-sa y darme el dinero para la cocina.
Le dije que no.

Honestly, cuaaaal enojo por el gasto si después de todo estaremos peleando por el control remoto de su mega tele a partir de noviembre. ^-^

Me sentía mal. As simple as that.

Pero ahora que lo pienso bien, lo que proponía no estaba del todo mal jsjsjs.

Él es un amor.

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