Tengo un hijo...

Tengo un hijo de 8 meses y medio.
Un bebé que balbucea y patea y sonríe feliz.
Un niño pequeño que apenas está siendo él mismo en el mundo.
Tengo un hijo cuya sonrisa fácil y amplia ilumina mi casa.
Tengo un hijo que me ayuda, sin saberlo, a llevar la tristeza honda y sofocante de mi orfandad reciente.
Así quisiera yo poder ayudar a mi madre a sobrellevar  la pérdida de mi padre.
Mi padre de ojos azules como el mar y un corazón igual de vasto.
Mi padre que apenas conoció a mi hijo pero que sé que lo quiso con locura.
Con esa locura con la que amó a mi sobrina, la reina de su corazón.
Mi padre que fue el mejor padre que supo ser y que extraño tanto.
Mi padre que seguirá vivo en mi memoria y que vivirá en mis acciones y palabras como madre.
Tengo un hijo que, sin saberlo, es la viva imagen de su abuelo.
Excepto por lo ojos, los suyos son del color de la tierra fresca, llena de promesas de vida.
Los de mi padre estaban llenos de cielo...tal vez por eso nos dejó a tan temprana hora.
Tengo un hijo que sacó, sospecho, su tranquilidad y su sonrisa tierna, su confianza en los demás, de mi padre.
Tengo un hijo pequeñito, hermoso, apenas con dos dientes, que me hace sentir tanto amor y tanto orgullo con sus pequeños logros, que empiezo a comprender a mis padres.
Tengo un hijo que me ayudará, sin saberlo, a honrar a mi padre y su memoria.

Comments

Popular posts from this blog

Movie-star sadness

De guapos y futbol